skip to main |
skip to sidebar
Odio haberme dado cuenta después de tanto tiempo y odio tener que admitirmelo, pero tengo una constante necesidad por sentirme llena. No soporto sentirme vacía. Al segundo que siento que se cava un leve, levísimo, casi imperceptible vacío, me desespero por llenarlo. Hablo, me muevo, quiero hacer cosas, quiero cosas nuevas, quiero comprar, regalar, abrazar, pelear. La mente se me nubla, se me atrofia, no logro pensar claramente. Todo me parece aburrido, insípido, innecesario. Todo está mal. No tengo ganas de nada y al mismo tiempo quiero hacer algo, quiero hacer todo. Actúo por inercia, porque se me hace imposible pensar claro, me termino de cavar el vacío hasta que es realmente notable, aunque superficial todavía. porque me lo cavo por culpa del vacío que apareció primero, que era leve. Ah, es tan difícil explicar, mejor dejarlo así. Ya demasiado mal redactado está el texto..
Es un Detengan el mundo, me siento vacía, seca, sin vida. Siento que leo las confesiones de una nena caprichosa cuando releo lo que escribo, una abzurdah cualquiera, pero es así como me funciona la mente... y en nada me parezco a Cielo Latini, por suerte. Nada más no me gusta tener la mente en blanco, no me gusta estar en blanco. No hay nada más lleno de nada que un lienzo en blanco. -Y ahora te cierro el texto con una metáfora pésima-. Cuando se me hace ese leve vacío, soy el lienzo en blanco. Necesito que me escriban, me llenen de colores, acuarelas, manchas de café, que me corten, que me hagan avioncito. Nada más no me dejen en blanco... porque me agujereo.